Material de orientación a padres

¿Cómo ayudar a los niños a desarrollar las habilidades sociales?

El desarrollo de habilidades sociales es imprescindible para la adaptación de los niños y niñas al entorno en el que se desarrollan sus vidas; para establecer relaciones interpersonales más positivas y disfrutar de la convivencia con las demás personas. Están formadas por un amplio abanico de ideas, sentimientos, creencias y valores que son fruto del aprendizaje y de la experiencia; con una gran influencia en las conductas y actitudes a la hora de hacer y mantener amistades.

Muchos de los niños que llegan a la consulta (especialmente aquellos con un perfil externalizador), presentan problemas para entablar una buena relación con otros niños. Sus dificultades para sostener el juego cooperativo, respetar reglas, aceptar las diferencias y tolerar la frustración de perder o no ser líder, la sobreactividad, la impulsividad o las reacciones explosivas; condicionan fundamentalmente su proceso de socialización. El problema no se reduce a que no sepan cómo comportarse con los otros niños, sino que en general fracasan en el uso de las habilidades que la situación requiere para inhibir sus impulsos de decir o hacer algo inapropiado y para ponerse en el lugar del otro niño.

Parte del trabajo terapéutico es enseñar las habilidades sociales a través del moldeamiento, la práctica y la retroalimentación constructiva.  Pero el correcto desarrollo de estas habilidades en los niños no se limita solo a su entrenamiento dentro del ámbito clínico o educativo, sino que requiere también del apoyo y la colaboración de la familia.

Para los padres, intentar ayudar a su hijo en sus problemas de relación social suele constituir un desafío de gran envergadura, que además no siempre da sus frutos. Normalmente los padres no están presentes mientras su hijo interactúa con otros niños, por lo que no pueden inducirle a inhibir sus impulsos o a reflexionar sobre cómo debería actuar. En otros casos, perciben estos problemas e intervienen activamente resolviendo el conflicto puntual, desde un lugar de adulto. Algunos padres, anticipando un posible rechazo, evitan propiciar situaciones sociales o se embarcan en plan de sermón. Otros, en su afán por ayudar, inventan mil y un programas con compañeritos; generando espacios de interacción, pero sin las herramientas para enseñar las habilidades adecuadas…

Favorecer oportunidades para hacer amigos y resolver los conflictos que con ellos se ocasionen, es una tarea que bien pueden propiciar los padres, siempre y cuando ellos sepan cuáles son las debilidades específicas de su hijo que deberán asistir, y en qué fortalezas podrán apoyarse.  No todos los niños son iguales; unos tienen mayores habilidades en su autocontrol, otros tienen mayores problemas para comunicarse de forma asertiva y otros ven en la violencia la única forma de expresar lo que sienten. Por esta razón, la participación de los padres siempre debe estar coordinada por el profesional; quién deberá guiar las acciones y ofrecer las estrategias que mejor compensen las necesidades particulares de cada niño.

En nuestro instructivo “ENSEÑANADO A HACER AMIGOS” los padres pueden contar con un soporte visual claro, sencillo y ameno acerca de cuándo y cómo intervenir con los hijos para fomentar relaciones positivas con los compañeros (paso a paso), y un modelo de registro semanal.

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